Productividad creativa: cómo organizarte sin sofocar tu creatividad
Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy vengo a hablar sobre productividad, que ya sabéis que es algo que me apasiona, y, además, hoy quiero enfocarla en la creatividad, en cómo hacer para organizarnos bien, pero sin que eso apague la llama de la creatividad. Sin más preámbulos, allá vamos.
Cuestión de tiempo
No sé si os ha pasado que alguna vez habéis preparado un horario fantástico y maravilloso, en el que os daba tiempo a todo: trabajar, ir al gimnasio, leer, escribir, cocinar comida sana, dar diez mil pasos, cuidar a los niños y, además, a cazar algún que otro dragón entre actividad y actividad. Sí, ese horario era magnífico, perfecto e ideal. No olvidemos esta última parte, pues la retomaré después. Ese horario de ensueño intentamos llevarlo a cabo, pero no salió bien. Un imprevisto por aquí, una reunión que se alarga por allá, el atasco a la vuelta del trabajo y, boom, nuestro maravilloso plan se va al garete. ¿Os suena, verdad? Y es que, cuando planificamos, lo hacemos siempre pensando en el día perfecto, sin tener en cuenta que todo puede resultar jodidamente mal, hablando mal y claro. ¿Cómo vamos a poder hacer frente a los imprevistos y a cumplir con nuestros objetivos si somos incapaces de ver que nuestra estrategia es errónea? Bueno, de todo se sale, pero hay que hacer un ejercicio grande de imaginación, pero sin irnos a la parte ideal, sino a lo que es realista para nuestro estilo de vida.
Si tus jornadas son maratonianas, no puedes pretender sentarte a escribir, pintar o cualquier otra actividad creativa durante largos periodos de tiempo. Es harto complicado que tengas éxito si tu tiempo libre se cuenta casi con el segundero del reloj. Sé realista. ¿Tienes una hora para escribir o solo cinco minutos? ¿Te da tiempo a hacer ese dibujo o solo puedes comenzarlo? ¿Ese proyecto de scrapbooking necesita que lo termines en un tiempo determinado o te lo puedes tomar con calma? Si tu tiempo el limitado, también hay que limitar el tiempo que dedicamos a nuestro ocio o nuestra pasión, por mucho que nos duela. Si consigues sacar tiempo para aquello que te llena, aunque solo sean cinco minutos, será mucho mejor que no haber dedicado nada de tiempo. Es mejor escribir cinco palabras que ninguna. Es mejor trazar las primeras líneas del dibujo que dejar la página en blanco. Es mejor empezar a plantear los materiales que vas a usar para tu proyecto de scrapbooking que dejarlos en el cajón. Es mejor emplear poco tiempo que ninguno.
Divide y vencerás
Si tienes un proyecto largo entre manos, como una novela, por ejemplo, es importante que te dividas el trabajo. Ya sabéis lo que dicen: quien mucho abarca poco aprieta. Dividir un proyecto grande en tareas más pequeñas es algo complicado cuando empiezas a hacerlo porque muchas veces no sabes por dónde empezar, pero una vez le coges el truco, es más fácil.
Os pongo un ejemplo personal, para que veáis cómo lo hago yo. Como comenté en la entrada de mi vuelta, quería empezar a adquirir el hábito de escribir a diario y para ello estoy en medio de un reto literario de cien días con el cuaderno de Gabriella Campbell, pero no veía el momento. Me parecía un poco abrumador ponerme a escribir tantos días. Ahora lo veo algo menos complicado, pues he dividido mis sesiones de escritura: la mayoría de los días los dedico a la novela que estoy terminando, a la que le quedan ya muy pocos capítulos, y uno o dos días los dedico a escribir artículos para el blog y textos para Instagram. Por un lado, me aseguro contenido para el blog, no perder la costumbre de escribir aquí y preparar mejor el contenido de las redes sociales. Y, por el otro, pongo fin a un capítulo de mi literatura que estaba completamente bloqueado y que ahora va viento en popa. Pero esto no habría sido así de no haberme parado a pensar en cómo podía dividir aquello que necesitaba escribir. Solo cuando pones el foco en algo es cuando consigues desenredar la madeja.
Date tiempo y disfruta del camino
Siempre digo que las cosas buenas son una carrera de fondo: escribir un libro, hacer una carrera, crear algo nuevo. Todo aquello que merece la pena requiere de un esfuerzo constante. No podemos pensar que sentándonos dos días a escribir a la semana vamos a terminar nuestro libro. O haciendo largas maratones tres veces al año. Así solo consigues bloquearte. A mí me ha pasado, os lo aseguro. Yo era muy de atracones de escritura: escribir mucho durante una época, que solía coincidir con algún evento literario, y luego no tocar el teclado el resto del año. De ahí viene que tenga mi novela a medias y esté todavía con los capítulos finales tres años después de haberla comenzado. Sin embargo, cuando tú creas un hábito, la cosa cambia mucho. Piensa que, si solo escribes 100 palabras al día a lo largo de todo un año, tendrás 36500 palabras escritas al concluir este. No está nada mal, ¿verdad?
Por eso es importante que nos demos tiempo, tanto tiempo diario para hacer cosas como tiempo a largo plazo para ver los frutos que estamos cultivando. No nos dejemos engañar por los pequeños brotes: debajo de la hojarasca es donde se encuentra la enorme zanahoria. Sé perseverante, disfruta del camino y tómate tu tiempo. No dejes que la página en blanco te atrape. ¡Escribe! ¡Pinta! Haz aquello que sabes que tienes que hacer.
Espero que estos consejos os ayuden a seguir siendo creativos y más productivos. A mí me ayudan mucho a mantenerme enfocada en la escritura y me son muy útiles cada vez que un bloqueo viene a mí. Ya sabéis cuál es mi máxima: escribir, escribir y escribir. Es la única manera de salir del bloqueo, pero si lo podemos prevenir, mucho mejor. ¿Y vosotros, guerreros, cómo os organizáis para ser productivos y creativos? Estoy deseando leeros. 😉
Valkyria Kára
¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.