Rutinas o rituales: ¿qué es más efectivo para adquirir un hábito?
Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy quiero hablaros de las rutinas y los rituales en nuestra vida diaria, en qué se diferentes y qué nos aporta cada uno de ellos. Esto no puede ser muy útil a la hora de implementar nuevos hábitos. Así que, si estáis preparados, ¡vamos allá!
Qué es una rutina y qué es un ritual
De rutinas ya he hablado en bastantes ocasiones en el blog, como este post que te dejo en este enlace. Las rutinas son una serie de acciones que realizamos en nuestra vida diaria y que se efectúan siempre en el mismo orden. De ahí que podamos hablar, por ejemplo, de rutina diaria. Una rutina podría ser la siguiente:
- 6.30h: Levantarse, ducharse y desayunar
- 7.15h: Ir al trabajo
- 8-5h: Trabajar
- 5h: Vuelta a casa
- 6h: Cambiarse de ropa, ver la tele, relajarse
- 8.30h: Cocinar y cenar
- 9.30h: Leer
- 10.30h: Dormir
Son cosas que solemos hacer todos los días, que ya incluso hacemos de forma automática: suena el despertador, te levantas y vas a la ducha; te vistes y vas a la cocina a preparar el desayuno, que es muy posible que ya tengas preestablecido (unas tostadas con un café, por ejemplo, o un tazón de avena, ya sabes), y después te vas al trabajo. Cuando llegas, todos los días haces lo mismo también, siguiendo tu rutina habitual porque es fácil seguir la inercia y activar el piloto automático.
Los rituales, aunque también son una serie de acciones que se ejecutan en el mismo orden, tienen varios componentes que los hacen especiales. Por un lado, es algo que disfrutamos. Es un momento en el que estamos presentes y queremos disfrutar. Les damos, además, un valor que no le damos a la rutina, porque nos hacen sentir bien y nos ayudan a calmarnos. Por otro lado, nos ayudan a darle sentido a nuestro día a día. ¿Quién no ha deseado que llegue el viernes para cenar tranquilamente con su pareja y tomarse una copa de vino o ver una película?
La mayor diferencia entre rutinas y rituales es el valor de que les damos y la capacidad de estar presente. Cuando estamos presentes y apagamos el piloto automático, todo cambia, nosotros mismos cambiamos, y eso hace que la experiencia sea más placentera y tendamos a repetirla.
¿Cuál de los dos nos ayuda a tener mejor adherencia?
Cuando intentamos implementar un nuevo hábito en nuestra rutina diaria, a veces es difícil encontrarle un hueco porque estamos tan acostumbrados a esa rutina y estamos tan inmersos en el dejarnos llevar que somos incapaces de cambiarlo. Sin embargo, cuando le damos un valor a ese hábito y desconectamos el piloto automático, aparece la magia.
Vamos a poner un ejemplo sencillo: quieres tomarte un té después de comer. Al principio, se te olvida. Tienes la caja metida en algún armario de la cocina y te acuerdas solo cuando vas a coger el azucarero o a dejar algo allí. Pero hay algo que haces siempre, sin excepción, después de cada comida: sentarte en el sofá, poner un capítulo de una serie y comerte un trozo de chocolate. Sabes que eso lo haces siempre y disfrutas de ese momento. Es tu ritual de la sobremesa, el momento de desconectar del trabajo y dejarte ir. Sigues con tu pensamiento de hacerte el té, de modo que guardas el té al lado del chocolate que comes cada tarde. Al verlo, te preparas el té. El resto, ya sabes como sigue. Al cabo de un mes, el hábito de tomarse un té después de comer se ha incluido en tu ritual de la sobremesa y disfrutas de la serie, el chocolate y el té.
El ritual promueve la adherencia, ayuda a crearla y la mantiene. Le da un valor a lo que haces y, sobre todo, pone el foco en el placer que sientes en ello. La rutina, sin embargo, es más difícil de modificar, no le damos tanto valor y solemos hacerla de forma automática. Pero si hay algo que comparten ambos es aportar una sensación de seguridad. Aunque ambos ven las cosas de diferente manera, la seguridad es algo que permanece. Si no consigues añadir algo a tu rutina, intenta crear tu propio ritual. Seguro que así te será más fácil avanzar.
Valkyria Kára
¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.
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