Hygge: la felicidad está en las pequeñas cosas
Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy vengo a hablarlos del hygge, una palabra danesa que seguro que ya habéis oído por ahí y que describe un sentimiento muy interesante y que es la clave de la felicidad de los daneses. Vamos allá.
¿Qué es el hygge?
Hygge, como os decía arriba, es una palabra danesa que no tiene una traducción literal en español. Se podría traducir por algo así como estar muy cómodo y a gusto. Y es que una de las características del hygge es la comodidad. Para que sea más ilustrativo, hygge es esa sensación que tienes cuando estás en el sofá, con una manta suave y mullida, con una taza de una bebida caliente (café, té, chocolate…), tienes una vela encendida y música suave de fondo. Esa sensación de comodidad, de placer en algo cotidiano. Es disfrutar de las pequeñas cosas que nos da la vida.
Algunas características del hygge
- La importancia de la luz: si quieres tener una experiencia hygge, apaga la luz del techo y rodéate de velas y lámparas de luz cálida. La luz es muy importante y nos hace sentirnos de formas muy diversas según sea su fuente. Por eso es tan reconfortante una hoguera, una chimenea o un vela. El fuego nos ayuda a sentirnos más calmados. Será por instinto, imagino.
- Bebidas calientes para el invierno y algo fresquito para el verano: no hay nada como una buena taza de chocolate, té o café bien caliente en un tarde de pleno invierno, lloviendo y haciendo frío fuera. Te hace sentir gratitud ante la situación y el privilegio que supone estar en casa, calentito y a gusto, tomando algo agradable. En verano, no hay nada como un refresco bien fresco, con mucho hielo, para hacernos sentir igual. No hay que subestimar el poder de las buenas bebidas.
- Papel y lápiz: otra forma de practicar el hygge es escribiendo en papel. Puedes escribir lo que quieras: una carta a tu yo del futuro, una entrada de tu diario o, incluso, tu lista de tareas. Lo importante no es lo que escribas, sino la magia que supone el trasladar nuestros pensamientos al papel. Nos ayuda mucho a calmarnos. Si habéis probado a llevar un diario de abordo, en plan terapéutico, lo entenderéis perfectamente.
- Ropa cómoda: ponte tu ropa favorita, esa con la que ya sabes que no podrías salir a la calle pero que te hace sentir muy a gusto. Utiliza ropa ancha, cómoda y calentita en inverno y ligera en verano. Es una sensación tan agradable ponerse un jersey cuando hace frío. Yo, por ejemplo, tengo predilección por la chenilla. Es un tejido muy suave y me hace sentirme en una nube. Os lo recomiendo.
- Música suave: para mí, como ya os he comentado en otras ocasiones, esa música que me hace transportarme a lo más profundo de mi ser y que me permite entrar en un estado de flujo es el jazz. La música tiene un enorme poder sobre nosotros. Si estás estresado y te pones música demasiado marchosa, por así decirlo, probablemente acabes más nervioso todavía. Busca tu propia música, tus propios ritmos. Lo importante aquí es que sea instrumental. Deja que la música te haga vibrar.
- Un placer gratuito: una de las cosas más importantes del hygge es que se trata de disfrutar de lo que ya se tiene, sin necesidad de comprar nada. ¿No tienes chocolate? Bueno, puedes hacerte un té, una leche con especias o un café. ¿No tienes velas pero sí unas lámparas de sal? Son una opción más que buena. Se trata de disfrutar de esas pequeñas cosas que están a nuestro alrededor pero que no valoramos lo suficiente. Os animo a que echéis un vistazo por vuestra casa y busquéis qué es eso que tanto os gusta pero que lleváis mucho tiempo sin disfrutar.
- Vivir el momento presente: para mí, esto es lo más importante de todo lo que representa el hygge. Vivir el momento presente es algo que sucede tan pocas veces en nuestro día a día que debemos atesorar esos momentos. Estamos tan ajetreados pensando en el pasado o en el futuro que nos olvidamos que lo único que podemos cambiar y sobre lo que podemos actuar es el aquí y el ahora. Disfrutar de una experiencia hygge es un momento de plenitud que no se nos puede escapar.
Crea tu momento hygge
Después de haber leído algunas de las características del hygge, quizás estés pensando en crear tu propio momento hygge. Para ello, voy a darte algunos consejos que a mí me han servido.
- Sigue tu instinto: es posible que no te apetezcan las bebidas calientes que he comentado más arriba y prefieras una taza de caldo. ¡Adelante! Busca aquella bebida que te reconforte y te traiga recuerdos. Quizás tampoco te gusten las velas y prefieras poner luces led de colores. Como se suele decir, para gustos están los colores. Dentro de la gama de cosas que hay, que son muchas, busca aquellas que encajan contigo.
- Dedícate tiempo a ti: busca un momento en el día para dedicarte a ti. Quizás esa experiencia hygge que buscas esté dándote una ducha o un baño caliente. Quizás sea sentarte al sol en la terraza y viendo las nubes pasar. O, quizás, solo quizás, está leyendo un buen libro en la cama. Ese tiempo que te dedicas a ti, a quererte y cuidarte, es muy valioso y puede ser tu momento hygge.
- Di adiós a las distracciones: si algo es clave para vivir un momento hygge es olvidarse de las distracciones. Si puedes, apaga el teléfono o ponlo en modo avión. Intenta que nada pueda molestarte y evitar utilizar el móvil durante un rato. Te haré sentirte más conectado al momento presente y a esa sensación de bienestar que estamos buscando.
Y vosotros, guerreros, ¿cuál es vuestro momento hygge? Dejádmelo en los comentarios.
Valkyria Kára
¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.
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