Soltar

Hoy no quiero empezar la entrada como todos los miércoles ni va a ser una entrada normal. Hoy quiero ahondar en mis pensamientos y compartirlos con vosotros. Porque a veces una necesita soltar lo que tiene dentro para que las cosas fluyan.

Hay días en que la abrumadora sensación de desasosiego aparece por cualquier parte, por cualquier rincón, esperando a que tengas un traspié para llenarte de ella. Hay días que es la emoción lo que te embriaga y te hace sentir que puedes con todo. Hay días en los que, simplemente, no quieres salir de la cama, que todo te cuesta un mundo y que parece que todo está en tu contra. Pero, incluso en esos días, siempre hay un resquicio de esperanza, un oasis al que acudir para beber. Mi oasis es la escritura.

Quisiera poder transmitir todo lo que siento ahora, que pudierais sentir la ebullición que hay dentro de mi cabeza. Tengo una nueva historia, que ha surgido de manera espontánea, pero que lo está haciendo a una velocidad tan vertiginosa que me está absorbiendo por momentos. Cuando tu mayor deseo al final del día es poder ponerte a escribir esa escena que tienes en la cabeza y parece que el mundo entero se pone en tu contra, la sensación de desasosiego te invade, pero la emoción es demasiado grande. No importa nada más, solo escribir, escribir esa escena, vivirla, plasmarla, contemplarla a través de las palabras, sentir lo mismo que sienten tus personajes, vibrar con ellos. Te fundes en tu propio mundo, en ese universo que has creado y la creación toma vida propia. Esa sensación de crear algo de tu solo pensamiento es, a veces, algo completamente inefable y que no se puede describir con palabras. Hay que vivirlo.

Pero, cuando el caos se apodera de ti, es mucho más complicado poder dedicarle el tiempo que merece a esa escena, a esa historia. Mi caos me absorbe por momentos y no estoy segura de cómo ordenar todo lo que necesito ordenar. La vida no siempre es fácil y muchas veces nosotros mismos somos nuestros peores enemigos. El infierno mental de cada uno es algo que solamente uno mismo puede cambiar. Y no es nada sencillo salir de ese infierno. Quizás, solo quizás, la escritura ayude a soltar todo aquello que necesita ser soltado. No es un trabajo fácil, pero nada que merezca la pena lo es.