Rutinas diarias para una vida equilibrada
Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy os traigo uno de esos temas que me gustan mucho porque se puede mirar desde puntos de vista muy distintos según las circunstancias en las que te encuentres. Vamos a hablar de rutinas y de cómo construir una rutina diaria que nos ayude a encontrar un equilibrio entre nuestra vida personal, profesional y el tiempo libre. ¡Allá vamos!
Prioridades, objetivos y obligaciones
En nuestro día a día nos encontramos con que sacar tiempo para todo es a veces muy complicado. Queremos emprender un nuevo proyecto, dedicar tiempo a nuestros hobbies, aprender cosas nuevas, cuidarnos (tanto por fuera como por dentro), pasar tiempo con nuestros amigos y seres queridos y, por supuesto, atender correctamente a las obligaciones diarias, como serían el trabajo, la casa, etc. No es nada fácil poner todo eso en orden. Este apartado lo voy a dividir, entonces, en tres secciones para abordar cada tarea de una manera diferente. Primero, hablaremos de las prioridades, de a qué actividades o tareas les queremos dar tiempo y anteponer a otras porque son prioritarias para nosotros. En segundo lugar estarían nuestro objetivos, que relacionaremos con las prioridades. Y, por último, las obligaciones, todo aquello que debemos hacer y es ineludible.
Prioridades, tareas prioritarias: aprender a priorizar
En un artículo de hace ya bastante tiempo, hablaba de las prioridades, de cómo estas prioridades modulan nuestro tiempo y cómo dejamos de lado aquello que no es prioritario para nosotros. Cuando hablamos de gestión del tiempo, solemos ver las prioridades como aquellas tareas, actividades o acciones a las que les damos un lugar preeminente porque son importantes para nosotros. Son las tareas que queremos llevar a cabo como algo genuinamente valorado por nosotros. Os pongo un ejemplo, que me parece que está quedando todo un poco críptico. Podemos hacer de cualquier tarea una tarea prioritaria. Si has decidido cuidar tu salud y comienzas a prepararte la comida con antelación o diseñas un menú semanal cada domingo, estás priorizando esas tareas por encima de otras. Si tu rutina de los domingos era ver series, navegar por redes sociales y ponerte melancólico cuando se acercaba la hora de irte a dormir, pero decides cambiar eso por preparar tu comida de la semana u organizar el menú semanal, estás priorizando tu intención de cuidar tu salud sobre el placer instantáneo que te generaban las actividades que solías hacer. Si decides, además, levantarte una hora antes para ir al gimnasio antes del trabajo, estás priorizando el ejercicio por encima de quedarte en la cama. Creo que vais entendiendo mejor lo que quiero decir.
Cuando una actividad es prioritaria, somos capaces de mover Roma con Santiago hasta hacer coincidir todos los astros para llevar a cabo la acción que nos proponíamos. No importa lo difícil que hubiera sido antes hacer lo que quisieras hacer: si para ti es una prioridad, encontrarás el tiempo necesario para realizarla aunque sea debajo de las piedras. Por eso, cuando algo no es prioritario para nosotros, no es importante, lo que encontramos no es tiempo, sino excusas. Cuando vayas a añadir una nueva tarea a tu rutina diaria, piensa bien si eso es una prioridad para ti o no.
Objetivos: cómo plantearlos e incluirlos en nuestra rutina diaria para conseguirlos
Este tema está muy relacionado con el anterior. Los objetivos son una parte importante de nuestro desarrollo personal a todos los niveles. Cuando nos marcamos un objetivo, debemos seguir una serie de pasos para lograrlos. Esos pasos tienen que ir en consonancia con nuestras prioridades, pues si nuestros objetivos son irrelevantes, jamás encontraremos el momento de llevarlos a término. Por eso es fundamental que nos propongamos metas que sean coherentes con nosotros, que realmente nos motiven a movernos y que sean importantes para nosotros, es decir, que sean algo que queramos priorizar.
El balance entre objetivos y prioridades es, en ocasiones, delicado. Un objetivo bien planteado se irá adaptando a las circunstancias y siempre será prioritario. No siempre conservará la misma forma, pero el fondo seguirá siendo, en sustancia, el mismo. Si vemos que postergamos el objetivo, que no hacemos más que poner excusas y no realizamos ninguno de los pasos previstos, es el momento de analizar ese objetivo, de volver a evaluarlo y decidir si es prioritario o no. A veces, soltar un objetivo es algo bastante complicado, porque nos da sensación de fracaso, pero si ese objetivo no está en consonancia con nosotros, es momento de dejarlo ir y buscar otro nuevo, que se adapte a nuestras circunstancias actuales y que vuelva a ser una prioridad. Pero cuidado con esto: ir abandonando objetivos una y otra vez sin concluir ninguno no es una buena práctica. Asegúrate de que tus objetivos están verdaderamente en consonancia contigo y no los cambies a la ligera. Encontrar un buen objetivo es básico para poder conseguir lo que queremos.
Obligaciones: aquello que es ineludible
Todos sabemos lo que son las obligaciones: aquellas tareas que no podemos postergar, que no tenemos más remedio que hacer, que estamos obligados a realizarlas. El trabajo, el cuidado de la casa y otras tareas son necesarias para el funcionamiento correcto de cualquier vida. A veces no son agradables ni nos apetecen hacerlas, pero tienen que formar parte de nuestro día a día igual que aquellas cosas que nos gustan. Encontrar un equilibrio entre nuestras obligaciones, nuestras prioridades y nuestros objetivos no es nada sencillo, pero, una vez sitúas en tu rutina tus obligaciones, el resto de cosas se irán colocando en los huecos que dejen estas, de modo que puedas llegar a completar muchas de las cosas que querías hacer. Es cuestión de tener un poco de paciencia y ensayo-erros.
Momentos de ocio: buscando un balance
Toda buena rutina que se precie necesita tener momentos en los que podamos solazarnos. ¿Qué sería de nuestra cordura si todo fuera trabajar y hacer cosas productivas? Nos volveríamos locos, acabaríamos con un burnout y lo mandaríamos todo a freír espárragos. Creedme, sé de lo que hablo. Por eso son necesarios los momentos de ocio, pero, ojo, hay diferentes momentos de ocio y cada uno de ellos presenta unas características distintas. Vamos a explorar esta sección.
Hobbies productivos y creativos
Hay aficiones que son maravillosas para el cuerpo y la mente, que nos hacen desconectar del trabajo y nos ayudan a recargar las pilas. Son hobbies que nos hacen sentir mejor cuando los realizamos, que nos permiten explorar otras facetas de nosotros mismos y que pueden, incluso, desafiarnos. En este tipo de hobbies incluyo la escritura, la lectura (aunque sea una actividad pasiva), las manualidades, la cocina, los deportes… No sé, podríamos incluir aquí tantas cosas que se haría la lista eterna. Estas aficiones, por norma general, nos tienen a nosotros como sujetos activos, es decir, tenemos que realizar una acción para obtener la recompensa, que nunca será instantánea y requerirá de un esfuerzo por nuestra parte. Por eso incluyo a la lectura en este grupo, porque tenemos que hacer el esfuerzo de leer para conocer la historia que el autor nos quiere contar. Estas actividades nos da una recompensa dopamínica mucho más efectiva y sana que la que nos proporcionan lo que yo llamo “drenadores de tiempo”, de los que vamos a hablar a continuación.
Drenadores de tiempo
Estas actividades suelen ser aquellas que nos generan un flujo de dopamina casi instantáneo y que no requieren de gran esfuerzo por nuestra parte. Hablo de cosas como navegar por las redes sociales, ver vídeos o series por un prolongado periodo de tiempo, entre otros. Estas actividades tienen la cualidad de hacernos perder el tiempo de manera extraordinaria. Te puedes a ver TikTok o Instagram y, cuando te quieres dar cuenta, han pasado dos horas, ¡dos horas! También te puedes poner a ver vídeos de YouTube y, según termina uno, saltas al siguiente, luego otro, otro más, pinchas en un vídeo de gatitos y, al final, te sorprender a ti mismo viendo cómo una señora de un pueblo perdido de la estepa siberiana hace mermelada de fresa en mitad de la nada. True story.
No es necesario que eliminemos de nuestra vida estas actividades, pero tenemos que ser conscientes de que no han de ser prioritarias y que tenemos que marcar unos límites claros cuando nos ponemos a ver cualquier tipo de red social, serie o vídeo. Perder el tiempo con estas cosas es realmente sencillo y al cerebro le encantan estas cosas porque no tiene que hacer ningún tipo de esfuerzo para recibir la recompensa, pero, a largo plazo, son actividades que no nos reportarán ningún beneficio.
La importancia de poner límites
El tiempo de ocio es maravilloso y a todos nos encanta tener tiempo libre, pero debemos ser muy conscientes de que hay que ponerle unos límites. No podemos perder el fin de semana entero sin hacer nada. Un fin de semana no pasa nada, pero si eso se perpetúa en el tiempo, nos estancaremos, tendremos una sensación de vacío cada domingo porque hemos perdido el tiempo y no conseguiremos avanzar en nuestros objetivos. Al igual que ponemos límites en otras áreas de nuestra vida, también tenemos que limitar el tiempo libre. Así, cuando lo tengamos, lo valoraremos más. Acota tus hobbies y el tiempo que pasas delante de las pantallas, esto te hará estar más en consonancia con lo que quieres.
Rutinas que te mantienen en el buen camino
Hemos hablado de prioridades, de objetivos, de obligaciones y de tiempo libre, pero, ¿cómo hacemos para combinar todo eso en nuestra rutina diaria? Tenemos algunas herramientas que nos serán de gran ayuda para poder construir una buena rutina.
Planificación semanal
Uno de los básicos más básicos de la organización es la planificación semanal. No hay nada como saber lo que te espera la próxima semana para poder adelantarte a los acontecimientos. Es cierto que a todos nos surgen imprevistos, pero cuando tienes claras las líneas generales por las que va a transcurrir tu semana, es mucho más sencillo que esos imprevistos no destrocen por completo tus planes. Por eso, te animo a que planifiques tu semana con antelación, ya sea el viernes de la semana anterior, el domingo o el día que tú prefieras y se ajuste mejor a tus necesidades. Puedes crear un ritual alrededor de esta nueva rutina para que te cueste menos llevarla a cabo y la disfrutes más. Otra recomendación que te hago, utilices bullet journal o una agenda tradicional, es decorarla un poco cuando hayas acabado de planificar. Ver una agenda simplemente con las tareas puede ser un poco aburrido, por eso te animo a que utilices diferentes colores, pegatinas y washi tapes en tu agenda. Una agenda bonita también te ayudará a ceñirte mejor al plan, te será más fácil tenerla siempre a la vista y llamará más tu atención. Dos pegatinas, un subrayado por aquí y por acá y tus ojos se irán directo a la agenda en cuanto tengan la ocasión.
Tiempo de desconexión
Al igual que apuntamos aquellas citas que son importantes para nosotros u organizamos el tiempo de estudio, trabajo o cualquier otra cosa, también debes planificar nuestro tiempo de desconexión. Y no me refiero únicamente al ocio. Estoy hablando del tiempo que le dedicamos al autocuidado, a cosas como meditar, leer, salir a dar un paseo o ver una película, por ejemplo. Tener planificado este tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos nos hace ser mucho más conscientes de cómo nos sentimos y de si somos capaces de priorizarnos en medio de la rutina diaria. Dedicarnos unos minutos al día es fundamental para no acabar con un burnout de tres pares de narices. También es importante para cargar nuestras pilas, tanto de energía como de amor para repartir con el resto de la gente que nos rodea. El autocuidado debe estar muy presente en nuestra rutina y tenemos que tenerlo muy en cuenta cuando hagamos nuestra organización semanal. Eso nos ayudará a llevar mejor los días y a sentirnos más plenos.
Horarios, flexibilidad, disciplina y constancia diaria
Una buena forma de organizar nuestro tiempo es un horario. Si tienes que realizar una serie de tareas cada semana, un horario puede ser la soluciono perfecta para emplazar esas actividades a lo largo de la semana. También está especialmente indicado si ya tienes citas o eventos semanales, como clases de cualquier tipo, que ya tienen una hora y día específicos o citas médicas recurrentes o, por qué no, la salida de los miércoles con las amigas para tomar café. Cuando ya tenemos actividades que hacer a lo largo de la semana y queremos aprovechar mejor los huecos que hay entre dos tareas, lo mejor es tener ese tiempo ya acotado, etiquetado y planificado para que hagamos de eso una rutina. Yo soy muy fan de los horarios para después del horario laboral, sobre todo si tienes bastante tiempo libre. Creo que son la herramienta ideal para poder hacer de todo, llegar a todo y sentir que nada nos sobrepasa. Un poquito más abajo os hablaré de mi experiencia personal con esto.
Los horarios son geniales, pero también hay que saber cuándo ser flexibles. Hay ocasiones que son de fuerza mayor y que no podemos hacer nada por cambiarlas: una cita con el dentista que no habíamos previsto, unas compras de última hora, un evento inesperado al que nos apetece mucho ir o cualquier imprevisto o emergencia que pueda surgir. Tenemos que ser conscientes de que el horario es una herramienta más dentro de nuestro sistema de organización y planificación y que, en algunas ocasiones, no podremos cumplirlo. No podemos ser estrictos al cien por cien porque somos humanos, no máquinas, y, como humanos que somos, podemos atravesar épocas en las que nos apetece menos hacer alguna cosa que tenemos planeada, tenemos menos energía o, sencillamente, hay un imprevisto que nos impide seguir el horario. Todo eso es perfectamente normal y no debemos castigarnos por ello. La flexibilidad es muy importante para conseguir unas rutinas sanas y que equilibren nuestra vida.
Con todo, yo siempre apuesto por el arma secreta de cualquiera que tiene éxito a largo plazo: disciplina y constancia diarias. Esas son las dos claves para conseguir (casi) lo que queramos. Porque muchos poquitos hacen un mucho. James Clear, en Hábitos atómicos, explica el poder de los hábitos a través del interés compuesto, en el que las ganancias se ven a largo plazo. Sé un 1% mejor cada día y, al cabo de un año, serás irreconocible. Ese es el poder de la constancia y la disciplina. Si consigues dominarlas, no habrá quien te pare. Pero es un arto complicado el de ser constante y disciplinado. Si todo el mundo lo fuera, viviríamos en una mejor sociedad. Pero lo cierto es que requiere de esfuerzo y paciencia, otras dos herramientas básicas para conseguir lo que queramos. Lo dicho, no es nada fácil, pero merece la pena llevarlo a cabo.
Mi búsqueda de la vida equilibrada
En este apartado, quiero hablaros de mi experiencia personal intentando mantener el equilibrio entre mi trabajo, mis estudios, mi proyecto personal (Valkyria, con todo lo que ello implica, mis novelas y más cositas) y el tiempo de ocio. Como he hecho más arriba, voy a empezar por prioridades, objetivos y obligaciones, os detallaré cómo hago para tener tiempo de ocio y cómo me voy a organizar los próximos meses ahora que acabo de comenzar un nuevo curso académico.
Qué hago yo: prioridades, objetivos, obligaciones y tiempo de ocio
Tengo la suerte de que mi trabajo es en remoto, es decir, trabajo desde casa. Es una suerte por no tener desplazamientos, tengo flexibilidad horaria y me deja bastante tiempo libre por las tardes. No puedo quejarme de horario de trabajo, sinceramente, pero es obvio que es una obligación que se lleva gran parte de mi tiempo. Mis jornadas laborales rondan entre las nueve horas (contando la parada para comer) y las siete (benditos viernes). Todos los días, antes de las cinco de la tarde, he terminado de trabajar. Eso me da bastante tiempo libre para priorizar aquello que es ahora un objetivo para mí: mis estudios y mis proyectos literarios y de contenido. Como estudio lo mismo de lo que trabajo, acabo un poco saturada. Cambiar de tercio hacia la literatura o la creación de contenidos es algo que mi cabeza agradece enormemente. No es nada fácil emprender nuevos proyectos cuando tienes dos bloques de tiempo tan grandes comiéndote la energía. Pero también es cierto que necesito estudiar y necesito crear, por lo que priorizo ambas actividades para poder seguir avanzando en mis objetivos.
Mi tiempo de ocio se reparte, mayoritariamente, en leer y hacer algún tipo de manualidad, tipo scrapbooking. Como considero escribir parte de uno de mis proyectos, no lo englobo dentro de tiempo de ocio. No es trabajo, pero es un compromiso que tengo conmigo misma y me exijo como si fuera trabajo. Mis tiempos de entrega son los que son y estoy siendo bastante inflexible con ellos porque en un trabajo tú tienes una fecha límite y no te la puedes saltar. Si quiero ser profesional, tengo que cumplir con esos plazos. De modo que, como os digo, mi tiempo libre lo dedico a leer y hacer scrapbooking, aunque hay otra cosa que me encanta hacer ahora que llega el frío y salimos menos: ver películas. Por norma
Antes de empezar con el tiempo de ocio, quiero hacer una aclaración respecto a la escritura y mis proyectos personales, como es mi marca Valkyria y las novelas que escribo. Para mí, esto es un proyecto personal y tiene relevancia y prioridad en mi día a día. Quiero ser más profesional en esta área y por ello, tengo unas fechas de entrega que yo misma me he impuesto y que, al igual que haría en un trabajo remunerado, no me las salto. Es importante entender que si queremos alcanzar algún éxito con cualquier tipo de proyecto, debemos dedicarle mucho tiempo y ese tiempo no siempre será agradable, ni nos apetecerá hacerlo y puede que lleguemos a tener días en los que queramos mandarlo todo a freír espárragos, pero la clave está en mantener la constancia durante el tiempo suficiente como para ver los frutos que da nuestro trabajo. Eso requiere de tiempo, esfuerzo y sacrificio y por eso no considero que los proyectos personales, sean cuales sean, sean tiempo de ocio. Dicho esto, ya podemos continuar con el tiempo de ocio.
Mi tiempo de ocio se distribuye en leer, hacer manualidades (scrapbooking, pintura de diamantes, un curso de dibujo, etc.), pasar tiempo en la naturaleza (sobre todo en verano) y ver películas. Me gusta mucho leer antes de irme a dormir. Es algo que llevo haciendo durante bastante tiempo y me ayuda muchísimos a dormir mejor, porque estoy más relajada a la hora de dormir. El scrapbooking y las distintas manualidades que intento hacer suelen llevarse tiempo el fin de semana, cuando consigo sacar algo de tiempo para ellas. Ahora mismo quiero comenzar un curso de dibujo y quiero agendas un par de horas durante el fin de semana para hacerlo. De momento, es solo una idea, pero ahí está y es algo que tengo muy en cuenta en mi tiempo libre. Como soy una persona que ha estado toda la vida viviendo cerca del campo, ahora que vivo en un pueblo es inevitable que pase tiempo en la naturaleza, sobre todo en verano, que solemos ir al río. No hay un lugar donde más me lleve de paz que allí. Es difícil de explicar con palabras. Y por último, las películas, mi otra gran pasión. Me gustan las buenas películas, aquellas que cuentan bien una historia, que saben transmitir mucho. Por eso, siempre ando a la caza de nuevas películas para ver. Por ahí tengo una lista de películas por ver y ya os digo que es bastante larga. Los domingos por la tarde suele ser mi momento peli y mantita y lo agradezco un montón. Es un último momento en el fin de semana para descansar antes de ponerme con la planificación de la semana y es francamente reconfortante.
Cómo me voy a organizar los próximos meses: exámenes, estudios y contenidos
Mi planificación para los próximos meses, a falta de conocer fechas de exámenes y temarios de asignaturas (sí, hemos empezado el curso y no tenemos la programación, viva el sistema), es bastante sencilla, pues tengo un horario con el que distribuyo mi tiempo. Vamos a obviar el tiempo de trabajo, pues es ineludible, y vamos a centrarnos un poco más en el resto:
- Estudios: quiero dedicarles entre 1,5-2h al día. Ni mucho ni poco, lo suficiente para no acabar con un burnout de tres pares de narices, poder avanzar y mantener las cosas lo más al día posible. Los fines de semana quiero dedicarles algo más de tiempo, con un máximo de 3 horas, para no saturarme.
- Escritura y proyectos personales: tengo agenda da una hora de escritura diaria. Y quien dice escritura, quiere decir planificación de contenidos, sesiones de fotografía, corrección de textos, filmación de vídeos (próximamente, spoiler :P), entre otros. Al menos, una hora de mi día se lo dedico a algo que me apasiona, que me llena y me hace crecer como persona, haciéndome, también, ampliar mis horizontes. No le puedo pedir más a todo esto.
- Hobbies y aficiones: Últimamente estoy descuidando un poco el tema de la lectura y quiero reencontrarme con ella. Si me seguís en Instagram, habréis visto que hace poco compartí una pila de libros (la del artículo anterior) que tengo pendientes por leer y también he sacado algunos libros de poesía y teatro de la biblioteca. Tengo mucho material para leer y me gustaría poder dedicarle, de nuevo, entre 30 y 60 minutos al día. No hay nada como disfrutar de una infusión en la cama, con una velita y un poquito de jazz mientras lees un buen libro antes de dormir. Para mí, el paraíso tiene que ser algo así. Luego, el scrapbooking, el dibujo y la pintura de diamantes tendrán su lugar durante el fin de semana, preferiblemente por la tarde, que es cuando tengo más tiempo. Me gustaría ir enseñando algunos de los proyectos de mix media y scrapbooking que me gusta hacer. Espero poder subíroslos pronto a Instagram para que les echéis un vistazo. Será buena señal porque quiere decir que estoy invirtiendo bien mi tiempo libre. Y, por último, la película de los domingos seguirá inamovible. No olvidéis dejarme vuestras recomendaciones, tanto de libros como de películas, en los comentarios. Me vendrán muy bien.
Y creo que eso es todo por hoy. Me ha quedado un artículo bastante largo, pero tenía muchas cosas que contaros y me quería explayar bien. Las rutinas son muy importantes para poder mantener el equilibrio entre todas las partes que componen nuestra vida y no es sencillo hacer que todos encajen. Espero que estos consejos os hayan servido de ayuda y os animo a compartir vuestra rutina o vuestros próximos planes en los comentarios. Yo, de momento, me despido hasta la próxima semana. ¡Feliz miércoles!
Valkyria Kára
¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.
2 Comentarios
Isabel Garrido
Ah, las rutinas. Qué sería de mí sin ellas, estaría como pollo sin cabeza.
Yo ahora mismo dependo mucho de las horas de trabajo y de la peque. Es un rompecabezas tratar de cuadrar todo, pero en los ratos libres (es decir, las mañanas en las que ella está en la guarde y yo estoy de descanso) me dedico a estudiar un diploma universitario. El tema de escribir me lo dejo para después de comer o cuando me tomo las tostadas tras dejarla en la guarde, depende del día. Y si no tiene clase o está malita ya toca improvisar. A lo que no renuncio es a aunque sea aprovechar una siesta, un café o algo para juntar un puñadito de líneas. Creo que es lo que me ha mantenido cuerda desde que empecé la crianza.
Un abrazo.
Valkyria Kára
El cuidado de un niño es otro mundo aparte y que hace también complicado compaginarlo todo, pero, como bien dices, las rutinas son nuestra salvación. Me alegra ver que te ha parecido interesante. Espero que alguna de las cosas que he comentado también te ayuden.
Un abrazo. 😊