Lectura como inspiración: el poder de las palabras en la vida diaria
Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy vamos a hablar del hábito de la lectura, de lo enriquecedor que es leer y cómo esto influye en nuestra vida diaria. Vamos allá.
El hábito de leer
No sé si soléis leer habitualmente, pero, para mí, es uno de los mejores hábitos que podemos cultivar. Leer es la puerta a otros mundos y al conocimiento de otras personas. Solo de pensar en las posibilidades que tiene la lectura me estremezco. Y aquí voy a intentar hacer un esfuerzo grande por transformar en palabras todo lo que significa para mí la lectura, pero ya os digo que no es nada sencillo.
La literatura es conocimiento, es sabiduría que se transmite de una persona (autor) a otra (lector). Toda literatura nos cuenta una historia y nos transmite un conocimiento, incluso aquella que nos sitúa en un mundo ficticio con unos personajes que nunca fueron y nunca serán. De cada libro que cae en nuestras manos podemos extraer un conocimiento, una enseñanza. A su vez, cuando tratamos de libros de no ficción, como manuales, ensayos o estudios de diferentes materias, ese conocimiento será mucho mayor que el que podamos extraer de una novela rosa. Sin embargo, a su modo, cada cosa que aprendemos de un libro es tremendamente valiosa, pues otra persona, autor de ese escrito, nos ha hecho llegar una información que habría permanecido desconocida para nosotros de no haber sido plasmada en papel. Todo aquello que queremos preservar es puesto por escrito, porque tiene una importancia, tiene un valor. Y si alguien se toma la molestia de dedicar su tiempo a escribir, el lector debe saber ver la importancia que hay detrás de las palabras del autor. Como dirían los latinos, verba volant, scripta manet. O, para que lo entendamos todos, las palabras vuelan, los escritos permanecen.
El hábito de leer nos enriquece intelectualmente. Ya sea un tratado complejísimo de arquitectura o una novela fantástica, esas experiencias pasan a nuestro cerebro y este recopila la información para que, llegado el caso, la podamos usar en nuestro favor. Cuanto más leamos, más conocimiento podremos sacar de nuestras lecturas y más aprenderemos para poder aplicar en nuestra vida diaria.
Lectura e inspiración
Si escribes, te habrás dado cuenta de que tienes más ideas cuando lees cosas distintas. La semana pasada ya comentaba lo importante que es escribir para todos aquellos a los que nos gusta, pero leer también es una parte muy importante de la escritura. Cuando asimilamos lo leído, podemos poner en práctica técnicas y escenas que no se nos habrían ocurrido de no haberlas leído en otro libro. La lectura es una gran fuente de inspiración. Y no hablamos de plagiar a nadie, todo lo contrario. En teoría literaria, hay una cosa que se llama intertextualidad, que viene a ser la influencia que ha tenido una obra o autor sobre otra obra o autor. Y os pongo un ejemplo sencillo: si te gusta mucho Pérez-Reverte, te has leído todos sus libros y conoces bien su estilo, es muy fácil que, al escribir, su influencia se note en tus escritos, ya sea porque quieres conscientemente que tu estilo sea similar al suyo o porque estás acostumbrado a ese estilo por tus lecturas. Este autor te ha servido, pues, de inspiración para tu obra.
Pero no nos quedemos solo con este tipo de inspiración. La lectura también te puede hacer tener nuevas ideas que no tienen nada que ver con lo que estás leyendo. Y vamos a verlo con un ejemplo, nuevamente. Imagina que estás leyendo un libro de fantasía, con su magia y sus seres fantásticos. Tú estás escribiendo una historia de mafiosos, en un mundo imaginario similar al nuestro. Ninguna de las dos cosas tiene relación, a priori. Pero… Siempre hay un pero :). Pero te encuentras en un bloqueo y no eres capaz de continuar tu historia. Hay algo que necesita que encajes en el hueco que falta para continuar con la narración. Estás leyendo y, bang, ahí está, una escena entre una pareja que te emociona, te hace vibrar y piensas que, quizás, es el momento de agregarle a la novela ese puntito romántico que le faltaba. Y de esa lectura sale el personaje de una hermosa mujer o un apuesto hombre que se enamora del protagonista y tienes tu escena para desbloquear tu escritura. ¿No es maravilloso? Y quizás no te venga a la mente cuando estés leyendo, pero las palabras influyen en nosotros más de lo que pensamos. Y aunque no leas novelas, la poesía puede tener el mismo efecto. Incluso un libro de historia, filosofía o cualquier otra materia que se te pueda ocurrir. Porque tu cerebro busca desesperadamente una salida a ese bloqueo y la lectura, aunque sea teórica, le ayuda a resolver aquello que no es capaz de encajar.
Lo que me inspira
Mis lecturas en los últimos meses se han basado únicamente en libros de La rueda del tiempo. Comencé esta saga el verano del año pasado y todavía me queda más de la mitad para concluirla. Pero tengo que admitir que ya hay cosas que han permeado en mí y que se transmiten a mi escritura. Yo me doy cuenta de la importancia que tiene una obra así en mi propia forma de escribir, pues está acompañándome a lo largo del proceso de escritura de una de mis novelas y es inevitable que haya cosas que se transfieran a ella. Como es lógico, aquello que te rodea durante el proceso creativo te va moldeando y te va cambiando, haciendo presente su influencia sobre la propia obra. Ni que decir tiene que, a pesar de las grandes diferencias que hay en lo que escribe el señor Robert Jordan, su influencia ya forma parte de mi manera de escribir y es algo que difícilmente se puede obviar.
Otra de las obras que me inspiran es, sin duda alguna, El archivo de las tormentas de Brandon Sanderson. Creo que hay pocos libros que me hayan llamado la atención tanto como estos. Tienen un algo que me hace querer crear mundos como los suyos, con todas esas maravillas y extrañezas. Jordan también hace lo mismo en La rueda del tiempo y me parece fascinante. ¿Cómo describir algo tan mundano como un perro o un caballo sin decir su nombre? Ellos consiguen describir ese tipo de cosas y tú tienes que deducirlo. Es algo muy interesante, que me inspira y que me hace ver las cosas cotidianas desde otra perspectiva, intentando capturar la esencia de aquello que tengo ante mis ojos para explicárselo a alguien que muy probablemente sepa qué es lo que le estoy describiendo, pero cuyo nombre yo desconozco. Si queréis probar a hacer un ejercicio de escritura creativa, intentad describir algo, un objeto o un animal, como si hubierais olvidado por completo la palabra. Creo que os sorprenderá mucho. Y si, además, queréis comprobar que lo habéis hecho bien, podéis hacer la prueba de mandarle la descripción a una IA y que os genere una imagen o trate de adivinar qué es lo que estáis describiendo. Quizás el resultado sea más interesante de lo que esperáis.
Otras lecturas que me inspiran enormemente y que cada vez están ganando un hueco mayor en mi estantería son los libros de filosofía e historia. En mis últimas vacaciones, que estuve en Asturia, me hice con un arsenal de libros de filosofía, sobre todo, e historia. Tengo ahora, esperándome para ser leídos cuatro libros de Kant; a Marco Aurelio, Séneca y Epictéto; dos libros de Fernando Díaz Villanueva y alguno que otro más. La filosofía y la historia, junto con la filología, son cosas que me enamoran y que me despiertan un enorme interés. Me inspiran también a mejorar y a querer incluir en mi escritura algunos de los conocimientos que me aportan. No les puedo decir más, pero sí os contaré más cosas llegado el momento, cuando haya avanzado con dichas lecturas. 😉
Como podéis ver, la lectura es un gran hábito que nos enriquece muchísimo. Si hubiera un único que pudiera implementar, sin duda alguna, elegiría la lectura. ¿Y vosotros? ¿Cuál sería ese hábito único? ¿Qué lecturas os inspiran? Estoy deseando leeros. 😉
Valkyria Kára
¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.
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