Cuaderno rosa con bolígrafo dorado y posavasos
Lienzo en blanco,  Pruebas,  Reflexiones literarias

Volviendo a la escritura: lo que he aprendido en estos dos años de pausa

Muy buenas, mis valientes guerreros. Hacía mucho tiempo que no escribía por aquí, pero, después de dos años muy cargados de eventos y obligaciones, vuelvo aquí para conectar con vosotros y traeros de nuevo un pedacito de información. Y hoy, precisamente, os traigo cositas interesantes en lo que se refiere a estos dos años de pausa, qué he aprendido, qué voy a cambiar y cuál es el futuro del blog. Sin más dilación, vamos a ellos.

Volver a escribir

Si echo la vista atrás y me paro a pensar en estos últimos dos años, se me han hecho largos y cortos a la vez. No sé si os pasa que parece que cierto momento del tiempo parece quedar más cerca de lo pensáis, pero se os ha hecho largo el camino recorrido hasta el momento actual. Algo así siento yo…

Durante estos dos últimos años, en mi vida han pasado bastantes cosas:

  • Volví a estudiar, pero en un área completamente distinta a la que estoy habituada. Yo soy filóloga hispánica, como bien sabéis, pero son unos estudios cuyas salidas profesionales no son demasiado boyantes. De modo que ya a principios de 2022 comencé a estudiar desarrollo de páginas web por mi cuenta. Pero, aunque no era una mala idea, veía que mi formación iba a estar un poco coja, por lo que tomé la decisión de apuntarme al Grado Formativo de Ciclo Superior de Desarrollo de Páginas Web en modalidad online, para poder estudiar y trabajar, llegado el caso, a la vez. Desde entonces estoy estudiando de nuevo y tengo que admitir que está siendo bastante duro porque la informática es totalmente lo contrario a la literatura, por ejemplo, y me cuesta bastante estudiar, pero ahí vamos, sacando los módulos poco a poco.
  • A principios de 2023 encontré trabajo como programadora y, salvo una paradita en verano de ese año, sigo trabajando en el sector. Tengo que admitir que estoy muy contenta con mi trabajo, que me gusta mucho, pero también es agotador mentalmente. Hay tareas muy demandantes dentro de la programación y el diseño de páginas web y me dejan agotada al final del día, lo que hace bastante complicado realizar otras tareas intelectuales. Si a eso le sumamos los estudios, tenemos el cóctel perfecto para que cualquier cosa no intelectual, que no me haga pensar, sea mucho más atractiva que escribir…
  • Hubo varios accidentes de familiares cercanos (y tan cercanos 🙃) que han hecho que la rutina cotidiana se vea trastocada. De hecho, mi pareja sufrió un accidente de tráfico a principios de noviembre del año pasado y ahora ya está completamente recuperado, pero ha sido bastante complicado llevarlo todo hacia adelante.

Como podéis ver, son cosas que por separado no supondrían más problemas, pero, si las juntas, obtienes la mezcla perfecta para procrastinar la escritura todo el tiempo posible. No obstante, tengo que decir que el NaNoWriMo de 2022 lo conseguí ganar y el año pasado terminé la novela que empecé en ese momento, pero todavía está por corregir y ver qué hago con ella. De modo que, aunque no he escrito por aquí, sí lo he hecho de manera privada, sin sacar mis textos a la luz. Con todo, he sido bastante inconstante y es algo que espero remediar lo que queda de año y el próximo.

Lecciones aprendidas tras una larga pausa

Algo que he podido aprender tras todos los acontecimientos por los que he pasado, los momentos de reflexión y un largo bloqueo creativo es que hay que seguir haciendo girar la rueda. Cuanto más escribes, más fácil te resulta. Cuanto menos escribes, más difícil es. Y, sobre todo, lo complicado es mantener una constancia. Si eres una persona que escribe solo cuando la inspiración le llega o cuando hay un evento literario, es muy probable que saques pocas cosas y que te bloquees con mayor facilidad. Tienes más posibilidades de sufrir el síndrome del impostor e, incluso, bloquearte ante la página en blanco. Pero la única forma de hacer frente a todo esto es escribir. Da igual todo lo demás, solamente escribiendo podrás superar todos estos problemas. Escribir, escribir, escribir y escribir. Y luego, escribir más. Y más. Escribir hasta que el problema que tengas, ya sea un bloqueo creativo, falta de constancia o síndrome del impostor (a este último le cuesta un poquito más irse) se haya solucionado. ¿Bloqueado? Escribe. ¿Estresado? Escribe. ¿Tienes hambre? Escribe. Quizás no te quite el hambre, pero sí te distraerá lo suficiente como para no ir a por el paquete de galletas o patatas fritas a la despensa y puedas aguantar hasta la siguiente comida. ¿No es maravilloso lo que puede hacer por ti la escritura? Si te va a ayudar a adelgazar y todo, guerrero.

Si esa es la lección más importante que he aprendido durante mi pausa, no es la única. Otra gran enseñanza ha sido que la planificación tiene muchísima importancia en cuanto a escribir se refiere. Me voy a explicar. Si vas a la deriva, con varios proyectos a la vez, varias historias comenzadas, pero ninguna concluida, con fragmentos aquí y allá que atrapan la poca atención que tienes, es muy probablemente que escribas poco. Tienes el foco de tu atención demasiado disperso y no te centras en nada. De modo que, cuando te sientas y piensas en escribir, no sabes ni por dónde empezar. ¿Continúo aquella novela romántica que tengo a media? Quizás debería darle una oportunidad a esta nueva idea que se me ha ocurrido. Pero ya estaba terminando la novela de fantasía que estaba escribiendo. ¿Y el relato corto que empecé hace dos meses? Tener demasiados frentes abiertos solo hace que no escribamos. ¿Eso significa que no podemos estar en más de un proyecto a la vez? No, significa que, si quieres escribir más de una cosa a la vez, tienes que planificar tus sesiones de escritura. Quizás quieras dedicar tres días a la semana a la novela fantástica hasta que la termines y dos días a la novela romántica, para dejar otros dos al relato corto, aunque pronto esos dos días quedarán libres y podrás dedicarlos a otra cosa. Lo importante es saber, cuando te sientes, qué vas a escribir. Si tienes eso claro, las palabras fluirán con mayor facilidad.

Otra cosa que me ha hecho ver este parón de escritura es que los hábitos son fundamentales si queremos progresar. Somos la suma de nuestros hábitos diarios a lo largo del tiempo. Si escribes, al final, tarde o temprano, acabarás escribiendo algo bueno. Si programas, al final acabarás siendo un buen programador. Si bailas, acabarás siendo un gran bailarín. La práctica es fundamental y la práctica diaria es importantísima. Conseguir y mantener un hábito como la escritura, demandante mentalmente, no es nada sencillo. Pero es un hábito que espero poder implementar en mi vida.

Un nuevo amanecer

Comentadas las razones de mi ausencia y las lecciones aprendidas con ella, toca hablar del futuro, del futuro del blog y de mi propio futuro.

Vamos a empezar hablando sobre el blog. Las entradas semanales vuelven a partir de hoy, cada miércoles, como hace dos años. Os dejaré por Instagram el enlace al blog cuando publique cada entrada también. Quiero hacer de este espacio algo más personal, como este artículo, que tiene un pedacito de mí y consejos para que podáis aprovechar mis vivencias en vuestro favor. Eso significa que le daré un giro a los artículos a partir de ahora para hablaros más acerca de mi experiencia, de mi día a día y de como aplico lo que os explico. Espero que eso enriquezca los artículos y me ayude a conectar mejor con vosotros. También voy a cambiar la apariencia, pero eso lo tengo pendiente porque va a ser la primera vez que haga un diseño para esta plataforma, por lo que no sé el tiempo que me llevará. Imagino que antes de fin de año tendré nueva imagen para el blog. Y la última cosa que tengo pendiente ahora mismo es, de aquí a final de año, ver la posibilidad de implementar una newsletter. Tengo que ver si es factible, si tengo tiempo para ello y si hay interés en la misma. Os avisaré por aquí cuando vaya a comenzar a mandarla para que podáis apuntaros a la lista de correo.

En cuanto a mí, quiero centrarme en acabar las historias que tengo pendientes y dar una mayor visibilidad a todo el trabajo que hago. Todavía no sé cómo hacer todo lo que tengo en la cabeza, pero poco a poco se acabarán ordenando las cosas. Tengo muchos proyectos en mente, tanto para el blog, como para redes sociales y otras plataformas, pero, de momento, me conformo con retomar las publicaciones en el blog y adquirir el hábito de la escritura. Esos van a ser los dos pilares sobre los que van girar mis objetivos de cara a fin de año. Creo que son realistas y factibles, así que espero poder conseguirlos. En diciembre os contaré cómo ha ido. 😉

Y eso es todo, guerreros. ¿Habéis tenido alguna vez un bloqueo creativo largo? ¿Cómo compagináis lo de escribir con las obligaciones diarias? Estoy deseando leeros en los comentarios. Nos vemos el próximo miércoles.

P.D.: La fotografía no es de archivo. La hice ayer por la tarde. Ese es mi cuaderno para todo ahora mismo. 😛

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¡Bienvenido a mi pequeño rincón, guerrero! Yo soy Valkyria Kára, escritora, desarrolladora web y filóloga hispánica. Mi pasión es y siempre será la escritura, que combino con otros intereses como la programación web (de reciente adquisición), la lectura, la organización, la productividad y el bullet journal. Soy una amante de los animales, de la naturaleza, del té y del chocolate. Aquí dejo mi granito de arena para ayudarte a hacer tu vida un poco mejor.

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