Busca tiempo para ti

Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy os traigo un artículo de autocuidado. Ya sabéis lo importante que es para mí este tipo de cuidado y he hablado de ello en distintas ocasiones a lo largo del año pasado. Hoy os traigo otro diferente para que tomemos conciencia de la importancia que tiene dedicarnos tiempo a nosotros mismos. ¡Vamos allá!

Libérate de las cargas

Uno de los mayores motivos por los que dejamos de cuidarnos a nosotros mismos suele ser el trabajo. El estrés y la falta de tiempo se convierten en los reyes de nuestro día. Nos pasamos la semana corriendo de un lado para otro, atendiendo mil obligaciones y, en ocasiones, cargando con más cosas de las que deberíamos. Tenemos compromisos por doquier. La fiesta de Ana, el cumpleaños del amiguito del cole de Cristian, la comida con la familia política, ayudar a Jorge con el trabajo de la universidad y mil cien cosas más. Decimos a todo que sí. Porque decir que no está mal visto. Pero un minuto de quedar bien nos puede hacer tener días de arrepentimiento. No deberías haber dicho que irías a esa fiesta si no te apetecía. Ni tampoco le digas a alguien que le vas a ayudar si de corazón no lo sientes. No quieras quedar bien con todo el mundo. Decir que no, con educación y cortesía, no te hará peor persona. Solo te hará ser consciente de tus prioridades y tus cargas. Si la persona a la que has dicho que no se enfada contigo, es que esa persona es demasiado egoísta.

Otra forma de liberarte de ciertas cargas es delegar. No todo tienes por qué hacerlo tú. Por ejemplo, las tareas domésticas se pueden repartir entre todos los miembros de la casa. Así cada uno hace una parte y nadie se satura. Si hay algo que no necesite tu presencia y tu atención, delega. Busca a otra persona para que lo haga. Quizás te sorprenda.

Llenar el pozo

Supongo que habréis escuchado alguna vez eso de que tenemos que llenarnos primero nosotros de amor para poder dar amor a los demás. Puede parecer una ironía o una tontería, pero lo cierto es que no podemos llenar un vaso de agua con el pozo vacío. Cuando hablamos de llenar el pozo, hablamos de mimarnos, de cuidarnos, de darnos ese capricho que tenemos en mente. Y es que la única forma de querer a los demás es empezando por nosotros mismos.

No estamos demasiado acostumbrados a invertir tiempo en nosotros mismos. Desde fuera se ve como si eso fuera algo egoísta, pero no lo es. Todos necesitamos nuestros momentos de soledad y de intimidad para llenarnos de amor propio. Un simple paseo puede ser la diferencia entre querernos un poco más o seguir sintiéndonos mal y pensando que no merecemos el amor de nadie. Es importante hacer cosas que nos gustan, solos o acompañados, pero que nos hagan sentir mejor con nosotros mismos. Os pongo un ejemplo. A mí me encanta hacer yoga. Me relaja muchísimo y me hace sentir una enorme paz. Al ver que cada día hago mejor ciertas posturas, me siento más orgullosa de mí misma. Eso no es egoísmo, es amor propio.

Haz hueco en tu horario

Nunca tenemos tiempo para nada. Eso es un hecho. Si tienes un trabajo con un horario normal, de nueve de la mañana a siete de la tarde, con tus dos horas en medio para la comida, y vives en una gran ciudad, entiendo que no tengas tiempo para nada. Yo salía de mi casa a las siete de la mañana y volvía a las siete de la tarde. Esas jornadas interminables en las que todo parece alargarse más y más son realmente estresantes. Llegas a casa sin ganas de hacer absolutamente nada, con una tensión y un estrés horrible y te pones a ver la tele. Eso te hace sentir peor, porque piensas que estás perdiendo el tiempo. No te das un respiro. ¡Pero calma! Si ese es tu momento, lo que hace que dada mañana te levantes sin pensar que tienes que quemar la oficina, ¡disfrútalo! Ponte a ver esa serie que tanto te gusta, ¡no pasa nada! Muchas veces no somos conscientes de que son esas pequeñas cosas las que nos recargan, las que nos ayudan a mimarnos. Da igual lo que sea, solo tienes que disfrutarlo.

Si, con todo, ese no es tu momento, busca la manera de hacerle un hueco en tu horario. Quizás no sea sencillo, pero seguro que hay algo que puedes hacer para meter en tu día eso que tanto te gusta hacer. A mí me gusta y me relaja mucho leer antes de dormir. Es algo que he añadido a mi rutina diaria y que, si no lo hago, me cuesta más conciliar el sueño. Me siento en el sofá con una taza de caldo calentito y me pongo a leer un rato. Ese momento de paz es el súmmum de mi día. Sé que, por es momento, vale la pena todo lo demás. Haz la prueba. Quizás te sorprendas de cuál es tu momento.

Te mereces ser tu prioridad

Creo que no es necesario que lo diga, pero te mereces ser tu prioridad. Da igual que tengas hijos o un trabajo exigente, también tienes que ponerte en el foco de tu atención. Si dejamos que lo externo lleve el control de nuestras vidas, al final acabaremos sumidos en una espiral de estrés, insatisfacción y remordimiento. Si queremos tener éxito y ser felices, tenemos que saber qué es lo queremos y la única forma de saberlo es centrándonos en nosotros mismos. No podemos tener objetivos que realmente nos llamen y nos motiven si no hacemos un poco de foco en lo que hay dentro de nosotros. Muchas veces, lo que deseamos es producto del exterior, de estímulos externos, y, una vez conseguimos eso que queríamos, sentimos insatisfacción. Y es que no lo queríamos de verdad, era solo algo que nos habían vendido como felicidad. La felicidad es algo que está dentro de nosotros y no podremos encontrar si no miramos dentro de nosotros mismos. Así que concédete el ponerte en el centro de tu vida y pensar en ti. Pregúntate si estás yendo hacia donde quieres tú o es el deseo de otra persona lo que te está llevando por ese camino. Pregúntate si estás a gusto con tu vida o si hay algo que puedas hacer para mejorarla. No son preguntas sencillas las que tienes que hacerte, pero buscar ese tiempo para ti mismo es esencial para vivir una vida plena y feliz.

Y vosotros, guerreros, ¿cuál es vuestro momento? ¿Cómo buscáis tiempo para vosotros mismos? Dejádmelo en los comentarios.

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