Pasear para pensar mejor

Muy buenas, mis valientes guerreros. Hoy quiero hablaros de la importancia de caminar. Y no me refiero solo a nivel físico, sino a nivel mental. Estoy segura de que más de una vez os habéis encontrado atascados en alguna tarea o con algún problema y, durante un maravilloso paseo, habéis visto las cosas de otra forma. De eso quiero hablaros hoy, de la importancia que tiene el movimiento sobre nuestra mente. ¡Vamos allá!

Ya lo decían los filósofos griegos

Si recordáis el magnífico cuadro de Rafael titulado La escuela de Atenas, donde podemos ver en el centro del mismo a Platón dialogando con Aristóteles mientras caminan por la ciudad, ya podéis imaginaros lo que os voy a decir. Desde la Antigua Grecia se conoce lo importante que es caminar para tener un mejor desarrollo cognitivo. Muchos filósofos griegos daban sus clases o impartían sus charlas caminando por la ciudad. Y fue Aristóteles, ni más ni menos, quien fundó la llamada escuela peripatética, en la que impartía sus clases mientras paseaba. Y es que caminar nos ayuda a pensar.

Un estudio de la Universidad de Stanford de 2014 demostró que dar un paseo nos ayuda a llevar a cabo tareas que exigen creatividad. Esto puede decirse de otro modo: el movimiento nos ayuda a ser más creativos.

¿Atascado? Prueba con un paseo

Dado que el movimiento nos ayuda a pensar mejor, quizás sea el momento de plantearse dar un paseo diario. En general, el ejercicio físico ayuda a un mejor funcionamiento del cerebro. Después de dar un paseo, nuestra memoria y nuestra atención habrán mejorado, por lo que podremos concentrarnos mejor gracias a las nuevas conexiones neuronales que se han creado.

Si sientes que hay una tarea que no eres capaz de completar o tienes algún problema sin resolver, prueba a dar un paseo. Las cosas se ven distintas cuando damos un paseo. Puede ayudar a que te relajes, además de las funciones que hemos visto antes, por lo que tu mente estará más lúcida y será más fácil encontrar una solución a tu problema.

Algunos famosos peripatéticos

Como bien os comentaba, pasear es una actividad que ha realizado el ser humano siempre. Pero si nos alejamos de la Antigua Grecia de Aristóteles y nos acercamos más a nuestros días, nos encontramos a filósofos como Nietzsche, quien era un gran entusiasta del paseo, o al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que contó, cuando consiguió el mencionado galardón, que solía caminar por las mañanas durante una hora para encontrar la inspiración. Se comenta también que Charles Dickens daba largas caminatas cuando terminaba de escribir. Y también lo hacía Ramón María Del Valle-Inclán, famoso escritor de la llamada Generación del 98.

Sin duda, caminar ayuda a oxigenar mejor nuestro cerebro y crear nuevas conexiones, que nos hacen pensar mejor, ser más creativos y, por qué no, tener un mejor ánimo gracias a las endorfinas segregadas. De este modo, pasear se vuelve una actividad más atractiva y entronca con una mejor función cognitiva, que nos motivará a salir a dar un paseo.

Y vosotros, guerreros, ¿soléis caminar a menudo?