No busques la perfección, solo hazlo

Muy buenas, mis queridos guerreros. Hoy quiero traeros un tema que creo que puede ser muy interesante si, como a mí, alguna vez sufrís parálisis por querer hacer las cosas perfectas. Os doy algunos trucos para que la perfección no frustre vuestros planes.

Que el miedo no pueda contigo

Muchas veces tenemos en mente muchos planes que no llegamos a hacer realidad: montar un negocio, cambiar de trabajo, dedicarnos a lo que nos gusta, viajar a un lugar exótico… Pensamos que vamos a fracasar o que no vamos a conseguir nada y el miedo nos paraliza, nos hace olvidarnos de nuestros sueños y seguimos encerrados en la vida que no queremos vivir. ¿Qué hacer en casos así? ¡Hazlo! Sea lo que sea, la única forma de demostrarte a ti mismo que algo puede salir bien o mal es llevándolo a la práctica. Por mucho que le demos vueltas a nuestros planes, si no los llevamos a cabo, jamás sabremos si tendremos éxito o será un fracaso. Que el miedo no te pare. Como dice una frase de Charuca: Hazlo con o sin miedo.

Información sí, exceso de datos no

Está claro que antes de emprender un nuevo camino debemos informarnos de los riesgo que vamos a correr, de si es más efectivo seguir un sendero u otro, pero algo de lo que tenemos que olvidarnos siempre es de no saturarnos de información. El exceso de información produce dos cosas: perfeccionismo paralizante y parálisis por análisis. Estamos tan colmados de información que, aunque seamos expertos en la materia, el simple hecho de que podamos cometer cualquier tipo de error ya nos asusta y decidimos no tomar acción. Una vez, la única forma de aprender es equivocarse. Y la única forma posible de equivocarse es haciendo lo que pensamos. ¿Quieres escribir un libro? Escribe. ¿Quieres aprender a cocinar? Cocina. ¿Quieres tener un cuerpo de culturista? Entrena y come acorde a tu objetivo. No hay fórmulas mágicas que sirvan si no ponemos nuestros planes en acción. Solo hazlo.

Un pequeño paso, un avance inmenso

Cuando nos imaginamos llevando a cabo ese proyecto que tanto nos ilusiona, pensamos que el primer paso tiene que ser grande, magnífico, apoteósico, que los recordemos como algo mágico y sobrenatural. En otras palabras: pensamos que el comienzo debe ser perfecto. Pero en esta vida no hay nada perfecto y al principio cometeremos errores, muchos, y es algo de lo que no debemos preocuparnos. Lo más importante no es que ese comienzo sea perfecto, sino que demos el primer paso, con más o menos confianza, pero que demos el paso. Una vez que echamos a andar, sea lo que sea lo que tenemos entre manos, es más difícil parar. Por ejemplo, ¿saldrías a pasear si solo pudieras dar un paso? ¿Empezarías a escribir si solo pudieras escribir una palabra? ¿Merecería la pena entrenar si solo puedes hacer una sentadla? Está claro que la inercia juega un papel muy importante cuando se trata de tomar acción. Ese primer paso, por pequeño que sea, se convertirá en un mundo, pues será el empujón que nos ayude a dar vida a nuestro proyecto.

¿Todavía estás esperando para ponerte en marcha? No lo pienses: ¡hazlo!